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El limonar y aledaños, los más ricos de Andalucía

Los habitantes de Málaga no necesitan conocer el barómetro de la Agencia Tributaria Andaluza para saber que los más ricos del lugar viven en el Limonar y aledaños; recuerdo en los días terribles de las inundaciones que más que una vara de mando tuve un paraguas, que las primeras aguas cayeron del Guadalmedina "pallá" ,y al día siguiente, del río "palotrolao", desbordando el arroyo Toquero a su paso por El Limonar, causando también abundantes estragos, pudiendo oírse a la malicia decir, -"los ricos también lloran".

Tampoco invita a la curiosidad saber que el mayor porcentaje de votantes de VOX, viven en esa zona urbana, y que gracias a Francisco de la Torre, el PP no perdió la alcaldía, pero en las generales se alzaron con un diputado los "boxísticos". Lo fastidioso para las izquierdas, es ver como en los barrios más populares de menor nivel de renta, la ultraderecha hace su agosto, a costa de tantas cosas que se saben y poco se remedian.

Por un hermoso libraco, "De La Caleta al Cielo", de mi desaparecido amigo Tesifonte López, editado primorosamente, me pude adentrar en la fisonomía de la Caleta y El Limonar de los cincuenta, de aquella "Ciudad del Paraíso, con sus lujosas mansiones de las familias malagueñas más adineradas, imitando muchas veces al estilo de las casas de sus países de procedencia, nada más hay que ver la relación de apellido que frecuentaba en el vecindario el Tesi niño, para encontrarse un López como rara avis.

Aquellas casas llenas de pudor por la más estricta moral católica en materia de sexo, sus fachadas se erigían en la parte opuesta al mar, para evitar tentaciones, y no contento con eso, llenaron nuestras a arenosas playas de roca, por eso de que nadie se bañara, y sobretodo dejar al "diablo cojuelo".

De aquella Málaga poco recatada en la moral de la ostentación económica de sus viviendas, poco queda, una vez que muchos de aquellos jardines solariegos, han conseguido sus lamentables licencias urbanísticas, cosas del poder del linaje y, como La Malagueta más El Morlaco, el ladrillo se ha adueñado de todo el horizonte al norte que pueda ver la vecina del lugar, ya en la tumbona del chiringuito sobre la arena que, se recuperó para las playas gracias a un gobierno socialista.

Un día espero que la voracidad urbanística no plante las grúas en la arena de La Caleta. Paseaba con la hija de Alberto Jiménez Fraud, criada en la Institución Libre de Enseñanza y residente en Londres, por La Malagueta y, me preguntó "por quiénes habían podido construir ese espanto", y le dije a Natalia, uno tu sobrino y mi amigo Alfonso con quién nos vamos a encontrar ahora en el almuerzo.

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