La pandemia que vivimos si de algo ha de servir, aunque de positivo nada tiene, es para darnos cuenta de nuestro frágil sistema público de salud. No es que sea malo, que no lo es, ni que los profesionales que se dedican a curar, ya sean enfermeros o médicos no estén a la altura, que lo están sobradamente. El problema fundamental radica que mientras la población aumentaba y los usuarios crecían, las infraestructuras y el personal no lo hacía en igual proporción.
Es cierto que ningún sistema público de salud está preparado para hacer frente a una pandemia de estas características, a pesar del crack de Ministro de Sanidad que tenemos que de filosofía debe saber un rato, pero la fortaleza de un sistema público de salud se mide en la capacidad de reaccionar ante un imprevisto de este calibre, y en la reacción nos damos cuenta que no tenemos médicos.
Supimos instalar hospitales de campaña, medicalizar hoteles, incluso pabellones deportivos, y todo ello es de reconocer que en un tiempo record, pero, y después qué. Después el caos, por mucha voluntad, por mucho doblar turnos hasta quedar exhaustos o contagiarse del maldito virus, nuestros profesionales estuvieron, y estarán, a la altura que no llegaron otros.
Y la historia se repite, aún no ha llegado lo peor y ya faltan médicos de nuevo, y no es que no hayan, no, es que se les ha maltratado tanto con contratos basura, precariedad laboral y sueldos indignos, que se han marchado a otros países donde se les da un trato más digno. Curiosamente a países europeos donde la formación dista mucho de la que reciben en España, donde lanzamos al mercado, tras 10 años de formación, a los mejores profesionales de Europa. , 10 años de formación y pese a las necesidades dejamos anualmente más de 6.000 profesionales privados de acceder a la especialidad.
Pero como dice José Mota en sus Sketch, se puede ser tonto o muy tonto, y somos de los muy, anualmente privamos a más de 6000 médicos de formarse como M.I.R, los que se forman como especialistas reciben ofertas de trabajo fuera con sueldos dignos y estabilidad laboral y para nosotros traemos médicos cubanos, venezolanos, etc, sin convalidación comunitaria, o lo que es lo mismo, invertimos con el dinero de todos en formar grandes profesionales que aplicarán sus conocimientos fuera de nuestro país, y aquí a la desesperada, traemos médicos formados fuera del espacio europeo de formación superior, eso sí, éstos no protestan porque se les pague poco, al menos los primeros años.
[cabezon name="Joaquín Pérez Muñoz" designation="Abogado" img="JOAQUIN" /]
