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Apacentar funcionarios

Antes de pasar el primer trámite de los presupuestos, los medios parientes al PP, sabedores que Casado perdería el primer pulso, lanzaban con todas sus añagazas argumentales la que pudiera ser su enmienda estrella a las cuentas, capaz de causar el desconcierto entre los allegados a Sánchez. La reducción en 2.400 millones de las partidas de gastos ministeriales, para pasar el montante a ayudas a autónomos, vista tal cual, "miel y canela", pero, eso sí, manteniendo el gasto de la nómina de funcionarios y atendiendo las deudas bancarias.

Quizás el joven "mastercito" estuvo bien asesorado, en lo de los bancos, ya se sabe que ellos nos pueden arruinar, pero no viceversa; pero en la de los sueldos, no ha querido ni insinuar rebajar el número de servidores públicos por más que hablen de adelgazar la administración. Hace tiempo el líder laborista de Nueva Zelanda y primer ministro, David Lange, lo intentó con gran éxito electoral, pero a la hora de ponerlo en práctica, le silbaron las balas y tuvo que "ahuecar el ala", y presentar su dimisión, y se tiene en el manual de funciones.

Tiempo hace, nuestro concejal de hacienda nos preparó una tarde tenebrosa al equipo municipal de Pedro Aparicio, el plan de saneamiento por la crisis económica, nos llevaba a una poda de cada servicio presupuestado, así que no me quedaba ni para un pito en la partida de fiestas, ni para gasolina de los coches de policía. Ante tanto estupor, se me ocurrió decir, - a nosotros no nos han elegido los ciudadanos para pastorear funcionarios.

No sé el alcance de los 2.400 millones en los gastos ministeriales que pretende rebajar el PP, pero no es de imaginar una gran obra de construcción privada, sin ladrillos, cemento y otros materiales de edificación, y los propietarios mantengan a sus obreros, para jugar a columpiarse en la grúa.

La cosa es más seria y profunda que un vuela pluma demagógico como la enmienda de Casado. Una vez a un concejal de urbanismo del PP, considerado experto en economía, me atreví a decirle que no engordara más su área de funcionarios alegrada por la burbuja de la construcción, que cuando las obras bajen, no vas a saber dónde ponerlos. Como el mantra de moda del capitalismo, era que ya se había acabado la economía de ciclos, me trató como merecía mi impertinencia, de ignorante, después se pinchó el globo, y ya se sabe, eso me pasa por haber leído La Contribución a la Crítica de la Economía Política y mucho Samuelson, entre el Jabato y el Cosaco Verde.

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