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Iglesias, el anormal

La normalidad será, o debe ser, aquello que a los ojos de la mayoría es lo común, lo mayoritario o costumbre. En democracia lo normal es aquello que aprueba la mayoría, y los gobiernos, por ese mandato que se le concede en las urnas, han de regir el destino de un país sin alejarse de esas premisas. La mayoría quiere vivir en paz, respetar las normas y que se hagan respetar, redistribuir justamente las riquezas sin llegar a confiscar al que más tiene, tener trabajo y en definitiva, vivir en libertad respetando la libertad del prójimo.

Básicamente eso es la normalidad democrática, justamente la que Pablo Iglesias no ve o no comparte. Y puede que tenga razón, España no vive una plena normalidad democrática, o lo que es lo mismo, vivimos en una anormalidad democrática.

No es habitual en ningún país normal que tipos como Iglesias formen parte de un gobierno, no, no es normal, ni que a su mujer, por el hecho de serlo, la obsequie con un ministerio cuando lo normal es que le regalase flores o perfume. Ni que con cargo a ese ministerio, o lo que es lo mismo, al bolsillo de los españoles, le paguemos 52.000 euros anuales de su niñera. No es comúnmente aceptado que un asesino, Otegui, o un delincuente, Junqueras, representando intereses minoritarios, anormales por aquello que no representan lo común, lo mayoritario, manejen un gobierno. No, no es normal.

Como tampoco lo es que desde el gobierno se fomente la ocupación de la propiedad privada, se pretendan imponer teorías económicas bolivarianas y sea Maduro, un dictador, el ejemplo a seguir del gobierno de España, porque no olvidemos que Iglesias, con el apoyo del PSOE, sigue siendo pieza fundamental de este gobierno del despropósito.

Tampoco es normal, al menos en los países de nuestro entorno, prometer lealtad al Jefe del Estado a la vez que se pregona a los cuatro vientos su rechazo a la monarquía, además de ser anormal denota la poca integridad del sujeto. No le falta razón al vice, vivimos en una anormalidad impuesta, cuyo objetivo es permeabilizar en la sociedad lo que él y su banda pretenden normalizar, pero no, lo normal seguirá siendo normal y lo anormal, anormal.

[cabezon name="Joaquín Pérez Muñoz" designation="Abogado" img="JOAQUIN" /]

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