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El problema no es Hasel

Pablo Hasel por su afición a delinquir es un delincuente, y como tal ha sido condenado por la Audiencia Nacional a nueve meses de prisión. No es su primera condena, hubo cuatro con anterioridad, todas por lo mismo. Enaltecer el terrorismo e injuriar a la monarquía y las instituciones del Estado son delitos que tipifica el código penal, ese que tanto disgusta al vicepresidente del gobierno, disgusta o teme, el tiempo lo dirá.

El problema de España no es que el rapero delincuente desafine su voz con letras que deseen la pena de muerte a las infantas, o que explote el coche de un servidor público o desee para éste un tiro en la nunca. No, ese no es problema. La Escoria es como la basura, se genera a diario, a diferencia que la basura la desechamos, pero la escoria que representa este tipo, la multiplicamos hasta llegar a ser aplaudida por cierto sector de la izquierda.

El problema no es Hasel, sino la panda de borregos que pretenden hacer de esa basura un mito. La mayoría sin saber por qué, y quizás sin haber escuchado nunca ningún bodrio salido de su garganta. Pero cualquier motivo es válido para atacar el sistema, romper escaparates, incendiar contenedores o destrozar oficinas bancarias. Todo vale, aunque no vaya con ellos. Esa es la extrema izquierda que campa a sus anchas por nuestro país, la que desconoce que el Ebro es un río o los pirineos hacen frontera con Francia, pero tienen interiorizado que la sociedad está contra ellos, que el Estado los oprime o que el empresario les explota, cuando la mayoría vive del cuento y nunca han dado un palo al agua.

Ese es el problema de España, la extrema izquierda violenta, intransigente floja e ignorante, esa legión que Pablo Iglesias ha conseguido hipnotizar como lo hiciera el flautista de Hamelin con sus ratas.

Viene a la memoria el Cojo Manteca, delincuente del tres al cuarto que en 1987 aprovechó las manifestaciones de estudiantes para romper con su muleta todo lo que encontraba a su paso, nunca estudió ni pensaba hacerlo, llegando a incluso a decir "paso de los estudiantes, lo que me gusta es tirar piedras".
España tiene demasiados cojos manteca, pasan de todo, lo que les gusta es tirar piedras. El mayor problema es que el flautista al que siguen se sienta en el Consejo de Ministros. 

[cabezon name="Joaquín Pérez Muñoz" designation="Abogado" img="JOAQUIN" /]

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