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Estar a la altura

La gestión pública tiene su mayor recompensa no sólo ante el avance de Málaga a nivel de oportunidades e infraestructuras, ni siquiera en su posicionamiento entre las mejores urbes europeas para vivir y trabajar, sino en el reconocimiento de los ciudadanos en los momentos de mayor dificultad. Y esta crisis es, sin duda, uno de esos episodios en los que las administraciones han de dar el do de pecho, demostrando que están a la altura.

En el caso de la capital malagueña, existe una tendencia clara a arrimar el hombro para propiciar la recuperación por parte del Ayuntamiento, la Diputación y la Junta de Andalucía, siendo el Gobierno el más negligente en esta empresa. Tanto es así que, a día de hoy, trece meses después del inicio de la pandemia, aún no se ha hecho efectivo el único plan de ayudas directas aprobado por el Estado para pymes y autónomos, lo que nos coloca como el único país europeo en eludir, de momento, este salvavidas para la economía.

Mientras tanto, el Gobierno andaluz ha dado luz verde a dos paquetes de ayudas directas dotados de 670 y 732 millones de euros, respectivamente, contando además con el consenso de los empresarios (CEA) y de los sindicatos (UGT y CCOO), incentivos de los que ya se beneficiaron más de 22.000 autónomos malagueños en 2020.

A este balón de oxígeno andaluz, que supera los 1.400 millones de euros, se suman los más de 9,2 millones de euros aprobados por la Diputación y los 5 millones de euros consignados por el Consistorio malagueño, que ya estudia nuevas líneas de apoyo para los sectores más afectados por la crisis.

Frente a esta diligencia, el Ejecutivo de Sánchez hizo público hace una semana que Andalucía recibirá finalmente 1.109 millones de euros del fondo estatal de 7.000 millones que beneficia a Baleares y Canarias por encima del resto de comunidades, dotando a las islas de 2.000 millones de euros y obviando criterios como la población o el peso turístico de Málaga y de la Costa del Sol en el PIB turístico nacional.

En cualquier caso, los empresarios vinculados con el turismo y con el resto de actividades mermadas por la pandemia no pueden seguir esperando y reclaman al Gobierno su llegada inmediata, mientras que el resto de administraciones, con mucho menos presupuesto y sin cobertura europea, demuestran que la respuesta puede llegar mucho antes si hay voluntad política.

Y es que los datos ensombrecen una vez más los fuegos de artificio de los que presumen Sánchez e Iglesias. Así, el primero sigue obligado a pagar favores políticos a sus socios de gobierno para asegurar su permanencia en La Moncloa, mientras el segundo ha demostrado que la gestión continúa siendo una asignatura pendiente para su partido.

Si no que se lo digan a los solicitantes malagueños del Ingreso Mínimo Vital, que en más del 77% de los casos han visto denegada una ayuda que, no olvidemos, se vendió como la medida estrella de la formación morada. Tampoco han estado finos en la gestión de los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, recortando un 33% a los municipios andaluces en beneficio de regiones como Cataluña, donde suben un 30%.

Ante esta flagrante incapacidad del Gobierno para poner en marcha mecanismos de respuesta ante la crisis –huelga recordar que la figura de los ERTE fue introducida por el anterior Ejecutivo del PP--, el Consistorio ha anunciado un aumento del 20% en los fondos destinados este año a Acción Social, hasta alcanzar los 121 millones de euros del presupuesto municipal. Una partida que se suma a los 8,4 millones consignados para ayudas directas a familias malagueñas vulnerables y economatos durante 2020.

También se elevan por encima del 20% los fondos reservados a empleo, comercio e innovación, rozando los 57 millones de euros, mientras que las inversiones crecen un 62% para estimular la recuperación económica y apoyar al tejido empresarial, superando los 131 millones de euros. Un esfuerzo inversor que duplica al realizado en 2017, por ejemplo, por si alguien todavía duda del alto grado de compromiso del alcalde y del equipo de gobierno con los malagueños en estos duros momentos.

Un compromiso plasmado durante este año de pandemia mediante una inyección de 58 millones de euros a la economía local, a fin de acelerar la recuperación económica y social de una ciudad que ha demostrado su músculo frente a la pandemia. Una gestión que también presume de tender puentes y de anteponer el diálogo al electoralismo, tal y como demuestra el acuerdo alzando con el PSOE local para aprobar las cuentas municipales. Quizás Sánchez debería tomar nota de esta altura de miras y dejar de mirarse el ombligo, por el bien de los españoles.

[cabezon name="Elisa Pérez de Siles Calvo" designation="Portavoz del Grupo Popular Ayuntamiento de Málaga" img="Elisa" /]

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