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Otra barbarie del reino de marruecos

Era imposible no oír al maquinista del tren en su conversa con el guardia de seguridad, estábamos dos clientes, sentados a los dos metros reglamentarios, con mascarillas de asaltantes de sus hirientes palabras, el conductor neo ultra, pedía a España, con los marroquíes, ser como los israelitas con los palestinos, es decir, pasar de víctimas del Holocausto, a siniestro estado perverso subyugador. El guardia se arrugó, no entendía de política, los dos viajeros suspiramos con la mirada tristemente.

El pájaro de la máquina por su edad y jerga, no sabría de cómo los moros fueron usados por las tropas golpistas de Franco, como la carne de cañón de su ejército invasor, amén de que su Excelencia, se rodeó, de una unidad militar de élite para su protección, la Guardia Mora que, a los únicos desfiles que no asistían, eran los procesionales de Semana Santa, para eso teníamos a los Regulares.

Acaba de pasar una mora con su turbante en un mercedes, a la última, otros turbantes se agolpan en la cola del desempleo; antes de la pandemia, nuestros centros comerciales organizaban viajes de shopineras de marruecos con pasta, para aumentar las ventas en sus tiendas. Todo eso para que no me olvide del moro de calle Nueva, que vendía un pachuli, mejor no te pusiera una muestra en la mano, chuleaba al jabón Lagarto.

Vengo de una generación que en el XXVII Congreso del PSOE, gritamos ¡Polisario vencerá!, ni agua que ha corrido, hasta a los del PP que ahora quieren utilizar el conflicto con Marruecos, como lanza contra el Gobierno, se les ha olvidado, que el 15 de Febrero de 2011, el Frente Polisario recibió el sí del PP al referéndum, tras su fracaso con el PSOE, mira tú por dónde.

La política con Marruecos, es tremendamente difícil, más con un rey que debía de rabiar gobernándolos. Nuestra Transición quedó marcada por la Marcha Verde y la intervención de Kisinger, recuerden los que puedan. Ahora somos Europa, le pesa a Hassan; ya no está el desvergonzado de Trump, para reírle los caprichos. Pero para nuestra mala suerte, tenemos enfrente al PP, cogiendo perejil en todas las salsas opositoras, para dar muestra de su institucionalismo como partido de estado, en un asunto tan grave e insólito como la Marcha Negra sobre Ceuta.

Por si fuera poco, un día antes del desafuero en nuestra autonomía Caballa, un periódico español, en sus páginas salmón dominicales, titulaba en primera, -Marruecos saca pecho, en su economía- ¡Vaya tropa!, para bajarse del tren en marcha.

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