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El caos

Invirtamos la forma de actuar de nuestra sociedad. Que desaparezca el orden, lo sensato, lo respetuoso y que aparezca el caos. Impongamos el caos desde lo más elemental en nuestra sociedad: las aceras. Definida en el RAE como "orilla de la calle o de otra vía pública, por lo general ligeramente elevada y enlosada, situada junto a las fachadas de las casa y particularmente reservada al tránsito de peatones".
Para más inri, peatón es definido como la "persona que va a pie por una vía pública".

Con estas dos ideas salimos de nuestra casa a la compra y lo que entendemos tan fácilmente, en la práctica se convierte en un verdadero caos. Las aceres se han convertido en una verdadera jungla. Alguna de ellas está ocupada por carril bici por los que los bicicleteros pasan con gran rapidez poniendo en peligro la integridad del peatón sobre el que el bicicletero se siente superior. No digamos que los pasos de cebra puestos en esos carriles bici no se respetan y que es en el único espacio en el que si un peatón invade el mencionado carril el bicicletero acelera el pedalear y toca el timbre con insistencia.

No queda ahí la situación del peatón. Si por el carril bici no solo circulan bicicletas también monopatines, patinetes, a pie y eléctrico, lo mismo le pasa al peatón si decide cambar de acera, pensando que en las que no hay carril bici podrá disfrutar de su paseo a la compra, paseando solo o paseando al nieto, hijo o a su mascota. Su gozo en un pozo. El mismo caos, o quizás mayor. Por todos lados le pasan artilugios de diverso funcionamiento con la peculiaridad que al no haber carril bici circulan por cualquier lugar de la acera haciendo tocar el timbre o cualquier otro instrumento que mediante su ruido haga que el peatón se aparte. El caos.

No se limita el caos a la anchura de las aceras de nuestras ciudades. Sobrepasa el ancho de las mismas y se extiende sobre la totalidad del territorio nacional. Piensen, si no.

Lo de las vacunas, lo omitimos. Centrémonos en la actualidad fuera a ser que nos acusen de querer cambiar su memoria histórica. El ministerio de exteriores, es decir, los que teóricamente deben mantener buenas relaciones con los países, junto con el avenido a presidente, urden un plan a espalda del ministerio de defensa de España para traer a España a un ciudadano de nombre Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, que independientemente de tener causas pendientes con la justicia española es enemigo declarado del reino de Marruecos del que depende no solo el control de las fronteras y la afluencia de pateras a nuestra costas, sino también los cupos de pesca para nuestros pescadores.

Es decir un verdadero caos político por el comportamiento del avenido a presidente y su jefa de diplomacia con respecto al ministerio de defensa y creando aristas con un país vecino, Marruecos.

Un detalle más del caos extendido por nuestro país: frente a la opinión de uno de los pilares fundamentales del estado de derecho, el poder judicial, el avenido a presidente va a conceder el indulto a los condenados en el proceso de independencia de Cataluña.
Es decir, quien preside un estado democrático ningunea y humilla con su decisión al poder judicial. No puede existir una mayor demostración del carácter dictatorial que muestra el avenido a presidente con la sola finalidad de mantenerse en el poder.

En este caos es donde el avenido a presidente se siente en su salsa. No olvidemos que llego al poder por la mentira, se mantiene mintiendo y pretende continuar, habla de 2030/2050, eternamente. Si para ello hay que mentir, mentira, y si es necesario cualquier interpretación torticera de la ley o de la Constitución no duden ustedes que lo hará. Por el bien de España es necesario que quitemos el poder de manera democrática a quienes están implantando el caos en todos los estamentos de nuestra sociedad.

[cabezon name="Fernando Guerrero" designation="Ensayista" img="guerrero" /]

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