Inicio Opinión

Un garbeo de hooligans por la Costa

Bonifacio llegó puntual con su renqueante bólido, me había ofrecido que visionáramos el Manchester City-Chelsea en un concurrido pub inglés del lugar, se nos hizo temprano, e hicimos una inspección playera, las terrazas de los dinosaurios estaban vacías y las hamacas empacadas, pero nosotros a bastón batido, con nuestras supermascarillas y gorras de aperaores, oliendo a sardinas, vimos el vaciado de los chiringuitos.

Nos costó trabajo encontrar una mesa con vista al estadio, rugía la tribu en cerveza y wiskises, muchos parecían haber pillado una insolación por sus rojeces, pero Boni me dijo que ese bermellón violáceo en sus rostros es de los litros de alcohol acumulados. Me llamó la atención los tres montones de periódicos gratis en inglés, que resistían en la entrada, pensé que la parroquia anglicana macerada, no estaba para muchas lecturas.

Pedimos dos brandis con sus cafelitos, el precio era una copla, más barato que en nuestro hogar del jubileta, se notaba que la tropa británica había puesto orden en los precios, por eso, en la longaniza playera de la Costa del Sol, le llaman los diesel, andan mucho y gastan poco. Intentamos apostarnos al resultado las copas, pero como los dos estábamos contra Guardiola, nos lo jugamos a los chinos.

Es curioso, al pub le seguían en línea unos restaurantes chinos, indios y mejicanos, la idealidad para esos turistas de vuelos más baratos que los de las tórtolas. Mientras el speaker se explicaba, me acerqué un periódico local en inglés, cundían en sus páginas los consejos fiscales y sanitarios sobre el brexit para los ingleses afincados en Málaga, desde los que han maltratado nuestro paisaje con sus mansiones ilegales a los abuelitos de la planta doce.

El FITUR nuestro de cada año, mostraba mejores expectativas ante la presunta mejoría pandémica, aunque mosqueaba a algunos portavoces del sector turístico, las restricciones que se estaban imponiendo a los británicos para que no viajasen a España, me imagino, alguna argucia del Boris para fomentar el antieuropeismo.

Entre tanto grito de cogorzas, mira tú por dónde, se disputaban dos equipos isleños la Eurocopa, poco brexit tiene la pelota; hice a Bonifacio algún comentario sobre lo leído, y para más inri me saco a colación las humillaciones que están sufriendo muchos ciudadanos europeos, al llegar a los aeropuertos ingleses. Me entró la patriótica, rompí el periódico en inglés, pay the bill, hice una salerosa peineta y, para no infectarme de la cepa de los británicos, me calé mascarilla y gorra hasta los ojos. Lo que más siento es que los negocios de hostelería, están esperando como agua de mayo, servir millones de breakfasts a peseta.

[cabezon name="Curro Flores" designation="" img="curroflores" /]

Ir ARRIBA