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Estallido cultural capitalino

Vayamos directos al grano. ¿Qué hace la Diputación de Málaga optando a ser la subsede de un festival literario nacional cuando tiene un festival propio de las mismas características con un gran éxito y una programación de conferencias y presentaciones de libros a lo largo del año? Hemos conocido que el Centro María Victoria Atencia acogerá a finales de mes actividades del Festival Eñe, una producción de una empresa cultural.

Hasta aquí solo cabría preguntarse lo de siempre con este equipo de gobierno: mientras la provincia muere de inanición presupuestaria cultural, los alcaldes se acercan a pedir humildemente la edición de un libro sobre la historia local y casi siempre se van de vacío o se hurta al hermoso Macharaviaya su héroe atlántico, ¿por qué concentramos en la capital de la provincia la programación? En este caso, seremos más audaces, porque ya podemos afirmar que la Diputación compite con la propia Diputación. Se contraprograma ella sola y no se coordina ni con ella misma.

Quien espere que las administraciones se pongan de acuerdo y sumen esfuerzos en actividades culturales propias, sin necesidad de comprar franquicias cuando ya existen actividades propias (es decir, cuando existe el talento gestor local para idearlas y ejecutarlas) agotará un turno de inocencia. En vez de extender por la provincia el festival literario propio, llamado La Noche de los Libros, de corte capitalino y concentrado, nos traemos uno de Madrid y lo celebramos en la calle Ollerías de Málaga.

¿A qué responde todo lo anterior? Primero. A que a nadie (dentro del equipo de gobierno y de gestores de la Diputación) le interesa llevar una actividad a esos lejanos enclaves de la provincia, donde los públicos se cuentan con los dedos de una mano porque precisamente llevamos años de excelencia para la capital. Mientras tenemos los teatros comarcales cerrados o con una programación famélica, el torrente de la ciudad se desborda. Nada en contra, ¡cómo estar en contra de un festival de letras!, solo que las personas que viven fuera de la capital también tienen derecho a la cultura y es la Diputación la que debe estar ahí, al lado de los ayuntamientos, para cumplir sus obligaciones.

Segundo. La guerra, ya más que visible, entre La Térmica y el Centro Cultural María Victoria Atencia, tiene su campo de batalla en la capital, mientras que la provincia tiene necesidades por cubrir. El área de Cultura quiere ser La Térmica, y cómo no, pretende serlo en el Centro Cultural María Victoria Atencia, en la capital. Y La Térmica sigue ensimismada mirando el mar de la Misericordia, de espaldas a la provincia.

Y así llevamos años y los ayuntamientos peleando para que le editen un libro con la historia de su pueblo.

 

[cabezon name="Luis Guerrero Jiménez" designation="Diputado provincial PSOE" img="guerreropsoe" /]

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