Desde la dacha de Galapagar y rodeado de guardia civiles y policías, a los que ha despreciado hasta llegar al poder, el vicepresidente del gobierno impone la forma de gobernar propia del dictador. Sus adláteres aplauden al presidente, tras bochornoso fracaso, a su paso. Crea una fundación para hacer frente a las adversidades sociales, que las prevé. Entrevista al expresidente Zapatero que declara en un alarde de demócrata convencido que le tiene afecto a Unidas Podemos. Puede que ese afecto le venga a Zapatero de los tejemanejes de su época de presidente con el embajador que nombro en Venezuela. Nada dice el vice-primero de los apaños de concesión de obras para realizar carreteras. Tampoco de los nueve millones de euros que la productora del vice-primero ha recibido de Irán. De Dina, ni hablar. Por cierto, Venezuela y Irán países donde los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, ah, y de las ciudadanas, en lo que afecta a Irán, son pisoteados constantemente. ¿Cuándo nuestra ciudadanía va a despertar y se va a dar cuenta que la dictadura se está implantando sibilinamente?
Como tal dictadura sectaria y excluyente, usa la totalidad de medios a su alcance para hacer ver a los ciudadanos lo que, a ellos los gobernantes, les interesa.
Salgamos a la calle para convencer a los ciudadanos que los que no piensan como nosotros no tienen espacio social. ¿A quién recurre el poder? A los sindicatos. Los sindicatos demuestran, una vez más, la necesidad de comer en el pesebre político. No tienen quienes les financien y solo obedeciendo la voz de su amo pueden comer. Han decidido, después de tiempo de aletargamiento, salir a la calle. Pretenden demostrar que son los defensores de los derechos de los ciudadanos y han decidido manifestarse. ¿Contra quién? Contra Pedro Sánchez, por mentiroso. No. Contra las corruptelas de Unidas Podemos, no. Contra la ministra de igual-da, y su compañero sentimental por privatizar los alrededores del casoplón con despliegue policial, no. Contra el ministro de sanidad y el científico Simón por las confusiones que han sembrado en la población sobre la pandemia, no. Contra la ministra de educación por haber demostrado una y otra vez, de manera reiterada, que no tiene ni idea de algo tan esencial como es la educación, no. Se van a manifestar contra la presidenta de la comunidad de Madrid, que es del Partido Popular, pues ante la imposibilidad que prospere una moción de censura tienen la obligación de incordiar a los madrileños haciéndoles creer que con Pedro y Pablo vivirían más tranquilos. Sinvergüenza democrática y sindical.
Estos sindicatos verticales de la izquierda progresista y destructora de este país jamás han reconocido que las políticas económicas del de Partido Popular siempre han sido más beneficiosas para el bien común que la creación de desempleo a la que nos ha conducido la izquierda mientras ha gobernado.
Una izquierda experta en crear cortinas de humo para campar a sus anchas. ¿Cuánto no está ocultando este gobierno con la salida del Rey Emérito? Nos están mareando de nuevo con historias nimias y estúpidas. Si seguimos los pasos de la Monarquía en la aplicación de la salud democrática, nuestro Congreso y el Senado se quedarían vacío. Mañana no iría nadie, y tendría que aparecer un cartel que dijera a todos los españoles "Cerrado por limpieza democrática". Cuantos miembros del Congreso y del Senado pertenecen a partidos políticos imputados en tramas dinerarias de las que no ha respondido nadie. Pues bien, sepan ustedes que la vida de un español, cualquiera que sea su ideología, raza, creencia religiosa o sexo vale más que cuanto puedan, presuntamente robar o haber robado los miembros de cualquier partido o institución española. Y también sepan, que la desaparición de la Monarquía en España provocara otra guerra civil. Quien gobierna hoy en nuestro país, no hace otra cosa que legislar de manera sesgada y torticera a fin de constituir una nueva legalidad protectora de intereses espurios y destruyendo las libertades y forma de gobernar radical, centralizadora, laicista y republicana contra quienes no piensen como ellos. Son jacobinos con poder que están implantando una dictadura con apariencia de nueva democracia social.
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