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La doctrina del shock

"Si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no hay esperanza. Si asumes que existe un instinto hacia la libertad, que hay oportunidad para cambiar las cosas, hay una opción para contribuir a hacer un mundo mejor. Ésta es tu alternativa."

NOAM CHOMSKY

Ayer se decidió el establecimiento de un nuevo estado de alarma en nuestro país, en consonancia con las decisiones que se han adoptado últimamente en varios países de Europa, imponiendo el toque de queda desde las 11 de la noche hasta las 6 de la mañana con un período de aplicación de 6 meses en principio y con la particularidad de que las comunidades autónomas tomarán decisiones ad hoc en sus territorios. Sin lugar a dudas, la situación provocada por el COVID 19 y esta "segunda ola de contagios" es muy grave y exige la adopción de medidas contundentes y resolutivas. Estamos ante una emergencia de salud pública sin lugar a dudas, pero me asaltan muchas dudas y contradicciones. Si se conoce el verdadero alcance de esta
enfermedad, creo que es de justicia que la ciudadanía tenga conocimiento cierto y maduro de su alcance, consecuencias y secuelas.

En estos últimos días me ha venido a la cabeza el libro que la periodista canadiense Naomi Klein publicó en 2007 al que denominó "La doctrina del shock" y en el que evidencia cómo la doctrina económica de la denominada " Escuela de Chicago" de la que uno de sus máximos exponentes fue Milton Friedman, Premio Nobel de Economía. En este libro ( se puede ver un magnífico documental sobre el mismo por internet) se analiza cómo los cambios drásticos, radicales e impopulares fueron diseñados a priori creando un clima de psicología social que actuara como caldo de cultivo para la asunción de los mismos.

En todos los casos analizados se repiten los mismos parámetros actuando como un trípode invisible:
-búsqueda e identificación de un enemigo.
-limitación de derechos y libertades
-pérdida de derechos sociales; pobreza y precariedad.

No puedo evitar pensar que estamos asistiendo a una situación similar, en la que la población, en estado de shock, pierde el espíritu crítico y la capacidad de análisis de esta situación. Pero es que, además, si alguien se atreve a alzar una voz discordante, inmediatamente es considerado un sujeto discordante o peligroso o sospechoso.

Esta enfermedad es gravísima, muy contagiosa, de consecuencias desconocidas e insoportablemente letal, por eso reclamo más que nunca unidad, coherencia, sentido común y razonabilidad y PROPORCIONALIDAD en las medidas que se lleven a cabo. Me parecería muy desafortunado criminalizar a los jóvenes en general y haber decretado el toque de queda por algunas imágenes de botellones o fiestas. En ese caso también debería haberse clausurado las playas este verano o algunos bares donde no se respetaban las medidas de seguridad. Creo que estamos tan noqueados y preocupados que asumimos y justificamos una medida que a mí, particularmente, me parece muy peligrosa y el posible inicio de un camino sin retorno.
Porque hoy sigue siendo lunes, os deseo mucho ánimo y mucha fuerza.

A José Antonio, por su apoyo permanente.

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